viernes, 26 de marzo de 2010

IDENTIDAD


SER O NO SER

El valor de reconocerse a sí mismo

El principal reto de la juventud es superar la cultura alienante

Si te preguntan quién eres, tal vez no sepas responder correctamente. Podrías responder por ejemplo: “Soy un estudiante aplicado, hijo de Mathias, maestro de obras, natural de Cajamarca. Soy pobre, pero sé quechua y un poco de inglés y tengo un gran corazón, soy además un volcán de ilusiones, etc.".

Si realmente reconocemos lo que somos, es decir, los rasgos positivos, deficiencias y limitaciones que nos acompañan, tal vez podamos decir que lo sabemos. De lo contrario, si respondemos asumiendo características que no tenemos, se puede afirmar que nuestra identidad es ajena.

Hace un tiempo conocí a un estudiante que me dijo: “Yo soy Michael Jackson". Vi que se vestía como el cantante, tenía semejante peinado y gestos. Caí en la cuenta de que realmente se identificaba con el personaje.

Pero lo más lamentable y contradictorio de la situación es que el alumno no se daba cuenta que el cantante no se reconoce negro y quiere ser blanco.

Me dejó perplejo. Yo no sé cuál de los dos era peor.

Todo joven, cuando despierta al mundo infinito del razonamiento humano, a la previsión del futuro y al constatar las posibilidades que le ofrecen sus energías, desea algo verdaderamente grandioso. Son pocos los que no aspiran alcanzar la gloria. Pocos son los que se derrotan a sí mismos. Conocida es la frase de un poeta latino: "El joven sin ambiciones es ya un muerto en vida"

Los proyectos de vida para un joven surgen de un abanico de posibilidades que el transcurrir de los años se encargará de cerrar, positiva o negativamente.

Si las frustraciones, fracasos o los errores predominan, se tratará de un cierre negativo. Pero, si son las decisiones inteligentes y la capacidad de sacrificio las que dominan, el abanico cerrará con gran satisfacción.

Aprovechando la desorientación de la juventud, los grandes productores de artículos de moda ofrecen modelos de identidad prefabricados: héroes de pantalla, cantantes, deportistas o vedettes, que llenan escaparates con sus “souveniers” encandilando al despistado consumidor adolescente.

Lo 'moderno' y la imitación atrapa a muchos jóvenes que se identifican con el atuendo por la imagen de algún artista o héroe de moda. Así se enajenan.

Pero la fatua alegría que proporcionan estos productos no los prepara para responde con certidumbre a una sencilla pregunta: ‘¿Quién eres?’ Buscar una respuesta, seguramente los pondría en serios apuros.

La identidad es mucho más que lo superfluo de nuestra cultura: es garantía de realización, pues sólo el que conoce bien el terreno puede desplazarse con seguridad sobre él. Quien conoce las cualidades de un material lo puede usar con maestría y moldearlo a su voluntad.

Así, el que se conoce verdaderamente, el que es conciente de lo que sabe, el que no ignora sus posibilidades económicas, su pertenencia a una comunidad, a una clase social, quien reconoce los valores que ha heredado; sólo aquel, está preparado para recorrer con éxito el camino de la vida, manejar las situaciones, sacar el provecho a sus potencialidades y trazar una estrategia de triunfo para sí y para los demás.

En eso se diferencia el que tiene sentido de identidad y el dependiente, el inseguro.

El problema de identidad abarca muchos campos: identidad sexual, cultural, social, política, profesional, moral, etc.

Los jóvenes deben interesarse por su identidad, porque ésa es la clave para ser adulto y sólo los que se encuentran a sí mismos son los que ganan la batalla de la vida.

La virtud propia de la juventud es la autenticidad y la sencillez. Los jóvenes perdonan y toleran muchas cosas, pero no la falsedad, la hipocresía, la fanfarronería.

Por eso han inventado una jerga específica para referirse a lo enajenado: ‘bamba’, ‘trafa’, etc.; así como sus giros y combinaciones: ingeniero trafa (estafador), profesor 'chamullero' (mentiroso), joven 'florero' (engatusador), médico 'fintoso' (pomposo), etc.

Ser uno mismo es ofrecer a los demás la garantía plena de nuestra persona y tener la valentía de enrostrar nuestras deficiencias, lo que implica corregirse y superarse. Ser uno mismo es el grado máximo de madurez. Los que se avergüenzan de su familia, de sus costumbres, de su aspecto o de su pobreza, son alienados (en latín alienus: ajeno ), o ajenos a sí mismos.

Después de leer esta diserción, puedes responder ¿quién eres tú?

Prof. Mario Portocarrero Q.

El arte y el contexto social

Oleo de la familia Portuguez-Palacios

El arte es una de las formas de conciencia social. A diferencia de la ciencia, el arte ofrece un conocimiento, una reproducción de la realidad, de la vida social, de existencia de las costumbres de los hombres, no a través de conceptos sino por medio de imágenes artísticas.

El arte es un producto de las condiciones de vida material de la sociedad. En medio de la lucha que lleva a cabo el pueblo, las contradicciones se agudizan y la sociedad de consumo entra irremediablemente en proceso de desarticulación. Lo muestra su crisis en sus concepciones sociales, políticas, filosóficas y artísticas. Lo obsoleto, conservador y caduco no presenta renovación, más aún se ahogan en añorar el pasado colonial y semicolonial, de ahí que busque difundir sus manifestaciones artísticas de la época virreynal.

La época actual (globalización o imperialismo), que representa el desplome del capitalismo y la arremetida de los sectores más conservadores a todo aquello que signifique “popular” dado el declive, la decadencia y la descomposición del arte burgués. Siendo éste, el portavoz de los sectores privilegiados, que se proponen negar a los trabajadores la voluntad de lucha contra el capitalismo, desmoralizarlos y apartarlos de las tareas históricas y apremiantes que el momento demanda. La propaganda de las ideas conservadoras, antidemocráticas y anticientíficas y de toda clase de superstición, el desprecio al hombre y a la vida, el empeño por presentar a la existencia como obra del azar y por azuzar los instintos zoológicos del hombre, el individualismo: he ahí el contenido del arte burgués contemporáneo, un arte degradado y en descomposición.

El desarrollo del movimiento popular y en su seno la clase trabajadora viene desenvolviendo un papel fundamental a través de creaciones populares en todos los planos: música, canto, danza, teatro, poesía, pintura, etc. Decae el arte de élite y surge un arte contestatario y colectivo. En este proceso de desarrollo y surgimiento de un hombre más identificado con su cultura popular va naciendo también un arte nuevo que difunde cantos de esperanza por un futuro mejor.

El arte nuevo se halla enraizado en la creación artística popular y extrae de la entraña de ésta sus modelos, su inspiración, los motivos musicales de las canciones. Expresa idiosincrasia, la concepción del mundo, las ideas, aspiraciones, los sentimientos, las esperanzas y los anhelos del pueblo en contra de la opresión social y la explotación. Plasma alegría del amor, el dolor inconsolable de una madre, el sentimiento de compañerismo, la lucha contra la injusticia, la maldad y la perfidia, el heroísmo, la audacia, la intrepidez, la denuncia de la cobardía y la traición.

El aporte de la clase obrera a la cultura popular es invalorable y determinante, ya que es la clase trabajadora que ha ido creando esta cultura en contraposición a la cultura de las clases dominantes en nuestro país así como a nivel mundial.

articulo: enviado a mail del forjemos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Manuel Acosta Ojeda, un rebelde de 80 años

RPP

Marzo 1, 2010 |

mao

Cumple 80 años y lo celebra este 12 de marzo en el auditorio de la Derrama Magisterial



Los que piensan en voz alta, suelen incomodar lo establecido y son calificados de rebeldes. Contradictoriamente, el cliché de contestarlo siempre está ligado a la juventud. Nada más alejado de la realidad, porque el verdadero rebelde, traspasa las fronteras de la edad y los espacios donde se desenvuelva. Mientras las ideas fluyan de manera distinta y no se tenga miedo a las palabras, habrá un rebelde. Don Manuel Acosta Ojeda lo sigue siendo a sus 80 años.

Por: Soledad Nalvarte
“Cuando uno tiene los valores bien cimentados, pasa inadvertida la osteoporosis de ideas, que hacen tambalear principios”, nos dice el compositor de “Madre”, uno de los más bellos temas de la música peruana. Don Manuel Acosta Ojeda, es fiel a ellos y se rebela a componer temas que no tenga los requisitos mínimos de una composición.
Vino a nuestro programa en una silla de ruedas, más delgado de físico, pero con la vitalidad que le otorga su rebeldía próxima a cumplir 80 años.

Habló de muchas cosas, pero una vez más, el tema obligado fue el contexto en que escribiera “Madre”. Lo recordó con la misma emoción de la primera vez que lo escuchó en la voz de Los Chamas, hace casi 60 años; con la nostalgia de haberlo escrito en un papel de cigarro nacional, cuyo olor podía ser percibido a cuadras a la distancia; un día de la madre, cuando vio que todos los jóvenes de su edad llevaban regalos y él sólo tenía la inspiración a flor de piel. Don Manuel estaba muy lejos de imaginar que aquellas letras se convertirían en un himno para los hijos a la autora de sus días.
Los autores nunca son exactos para ubicar las dedicatorias, pero sus composiciones resultan ser el analgésico perfecto para desahogar las nostalgias; quizá por ello diversas generaciones siguen cantando “Cariño”, “Ya se muere la tarde”; “Si tu me quisieras” o “Puedes irte”, cuando uno las escucha no puede evitar compararlas con otras de su género y entender la diferencia entre música popular y música popularizada. La primera recurre al arte, la otra mediocridad o estupidez colectiva. “Ahora es más fácil moverse que enternecerse”.

Nuestro autor, llega a las ocho décadas, rebelándose contra el sistema que obliga a muchos compositores a sobrevivir con su arte o a vivir holgadamente convirtiéndose en mercenario de él. En un país donde la cultura de la mediocridad es reconocida y premiada, es doblemente difícil nadar contra la corriente, pero “Si se calla el cantor, calla la vida”, y Dios mediante, don Manuel seguirá pensando en voz alta por mucho tiempo más.
Este 12 de marzo, desde las 7 de la noche, nuestro compositor estará celebrando 80 años de vida en el auditorio de la Derrama Magisterial. Lo acompañan Jaime Guardia, Carlos Hayre, Bartola, Dúo Patria, Peña Don Porfirio, Evocación Criolla y Los Cholos.

Dia de la Mujer trabajadora en el agustino