jueves, 2 de enero de 2014

Vigencia de los aportes de José María Arguedas



Prof. David Acevedo R.

Los aportes de José María Arguedas son vitales de conocer, principalmente para nuestro pueblo trabajador, ya que fue a quien le dedicó todos sus trabajos e investigaciones. Toda su vida estuvo dedicada al estudio de las tradiciones populares, fundamentalmente al rescate y difusión de las múltiples manifestaciones artísticas, frente a la discriminación y racismo de los sectores privilegiados.

Arguedas con Vallejo y sobretodo Mariátegui son los maestros del pueblo peruano, sus aportes constituyen la base de la identidad cultural o también llamada cultura popular, son pilares en la formación de nuestra nacionalidad peruana, sus planteamientos mantienen su vigencia pues la sociedad que los vio nacer y a la cual analizaron, criticaron y sintetizaron aún continúa hoy.
            Arguedas nace en plena República Aristocrática (1895-1919) donde el Estado y su gobierno estaba en manos de un grupúsculo de amigos, familiares y gente de poder económico, mayormente familias agroexportadoras terratenientes comerciales y financieras organizados en el Partido Civil, serviles al imperialismo inglés, se reunían en el exclusivo Club Nacional, las cuales explotaron, discriminaron y excluyeron totalmente a los sectores populares, específicamente al campesinado pobre.

Contexto socio-económico de principios del siglo XX
            José María Arguedas nace el año 1911, en un contexto analizado por José Carlos Mariátegui, y caracterizado como semifeudal y semicolonial. La semifeudalidad se expresa en el problema de la tierra ya que continua el despojo de parcelas a los campesinos en beneficio de la gran propiedad terrateniente (latifundismo); se mantiene la servidumbre (trabajo gratis) del campesinado pobre, impuesta violentamente (gamonalismo señorial) por la aristocracia agroexportadora, explotación que se especifica según regiones; en la costa norte se produce transformaciones en las relaciones de trabajo debido a la presencia de la burguesía agroexportadora que establece el trabajo asalariado mediante el "enganche" (“enganchar” a los campesinos con un salario adelantado y llevarlo a los enclaves mineros o agrarios) y en la sierra central (Cerro de Pasco) se produjo la inversión de grandes capitales en la actividad minera, "enganchando" también a los campesinos de las comunidades con la previa expropiación de sus tierras; además se incentivó la producción lanera, textil y de alimentos que muchas veces se vendía a las empresas mineras para la reventa a los indígenas para su abastecimiento. En la sierra sur (Puno, Arequipa) no ocurrieron cambios significativos, se desenvolvió el yanaconaje (servidumbre en las haciendas). En la selva; las correrías (esclavitud de los nativos para la extracción de caucho), y la habilitación (pago adelantado para sacar caucho), que no son otra cosa que formas de explotación. Es en esta época donde llegan las primeras fábricas al país, y es donde la economía dependía del imperialismo inglés. Esta etapa se caracteriza en lo externo en el desarrollo de la contradicción interimperialista entre Inglaterra, los EE.UU., Alemania, Francia, etc., debido al expansionismo de estas potencias hacia los países no desarrollados con el fin de obtener mercados, mano de obra barata y saquear las materias primas. Pero, este "desarrollo industrial", agrícola, minero y financiero durante la República Aristocrática, se debe a la presencia del capital extranjero que trae como consecuencia la dependencia económica del Perú, también conocido como Capitalismo Burocrático. Este “desarrollo” económico traerá como consecuencia la proletarización de algunos sectores de la sociedad, tanto en zonas rurales como urbanas, generando nuevas contradicciones en el sistema económico—social peruano. Como consecuencia, décadas después, surgieron fuertes luchas populares por la conquista de los derechos de los trabajadores y por la transformación de la sociedad peruana.
            La semicolonialidad se expresa en el problema de la soberanía nacional, que es la dependencia económica del capitalismo inglés. Todo el desarrollo y la producción agroindustrial: azúcar, algodón, tabaco, etc., se destinaba a la industria inglesa. Los extranjeros eran dueños de enclaves agrarios, en la costa norte producía algodón y caña de azúcar, los enclaves mineros estaban en la sierra central (Pasco) con capital norteamericano. Con capital extranjero surgen empresas financieras e industrias en algunas zonas de Lima como: Duncan Fox, D’Onofrio, Field, etc. Lo cual acarrea la quiebra masiva de los artesanos de Lima, siendo absorbidos como mano de obra barata por las mismas empresas causantes de su quiebra.
            En este proceso la burguesía intermediaria logra consolidar su poder con el apoyo del capitalismo inglés. Esta dependencia trae consigo la “modernidad” capitalista del cuál va a surgir la clase antagónica a la burguesía, el proletariado, que nace luchando y alcanzando sus primeras conquistas  (La jornada de ocho horas).

Contexto político-cultural de principios del siglo XX
            La clase dominante de esta época basaba su poder en el autoritarismo, entiéndase como el uso de la violencia para controlar a los explotados, el Gamonalismo que justificaba su poder con el racismo, utilizaba el paternalismo católico, es decir, la “ayuda” clerical a los sectores más deprimidos (adoctrinamiento), evitando así su levantamiento o rebelión. Producto de la lucha de clases en los sectores populares surge el anarcosindicalismo, difundido principalmente por Manuel Gonzales Prada.
            La semicolonialidad se expresa en la dependencia política o dominación imperialista soterrada, que permite elecciones, pero influye en la elección del ganador. El país semicolonial vive bajo el dominio de las potencias imperialistas en lo económico, diplomático, cultural y militar, lo cual hace de la independencia política una cuestión de farsa, de pura apariencia. En la actualidad EE.UU. y las potencias Europeas siguen oprimiendo y explotando al pueblo peruano y saqueando los recursos naturales.
De todo lo mencionado fue testigo tanto en su niñez, adolescencia y juventud nuestro maestro José María Arguedas.

Breve reseña de su vida
            Nació y creció en la serranía peruana (Andahuaylas) perteneció a la clase media, su padre era abogado. El constante viaje de su padre por la sierra sur e Ica, le permitió conocer la realidad con profundidad, especialmente la del campesinado pobre. Llega a Huancayo y Yauyos, al morir su padre, ya estudiaba antropología en la UNMSM, lo que le permite conocer y comprender a nivel teórico y académico la problemática peruana, sobre todo andina. Su decisión de escribir estuvo motivada por la manera inadecuada que escribían sobre "el indio"; “campesino” otros autores. "Tengo que escribir tal cual es, porque yo lo he gozado, yo lo he sufrido". A través de Arguedas podemos ver al campesino desde su interior sin erróneas interpretaciones. Es como si el mismo "indio" hablara. Los problemas políticos, como económicos y culturales de los "indios" se desarrollan en los textos de Arguedas con una comprensión total y no parcial como lo trataban López Albújar o García Calderón.

Visión política de Arguedas
            Fue consciente del proceso de transformación social que se venía produciendo: Él mismo lo reconoce: “Quizá conmigo empieza a cerrarse un ciclo y abrirse otro en el Perú y lo que él representa; se cierra el de la calandria conservadora, del azote, del arriaje, del odio importante, de los fúnebres 'alzamientos', del temor de Dios y del predominio de ese Dios, y sus protegidos, sus fabricantes; se abre el de la luz y de la fuerza liberadora invencible del hombre de Vietnam, el de la calandria de fuego, el del Dios liberador”.
            Él mismo se considera como parte de la calandria consoladora. Se trata de pasividad, resignación, no lucha, admite que hay una calandria de fuego, en la cual él no está; pero lo admira por ser liberadora, de vanguardia; él no es de vanguardia. Eso sí, a diferencia de muchos, supo advertir e intuyó que la sociedad estaba buscando cambios; lo saludó. Eso ya es un mérito. Por lo tanto, Arguedas representa la resistencia de un pueblo subyugado, de un pueblo ignorado deseoso de que su voz se escuchara en el mundo. Fue el mediador para hacer sentir su protesta contra este sistema deshumanizador. Si bien José María Arguedas no es un representante de las clases proletarias, sí fue un crítico del sistema imperante avizorando la necesidad de una sociedad diferente y superior reconociendo la doctrina socialista como su guía, a pesar de las limitaciones planteadas por él mismo.
            “Fue leyendo a Mariátegui y después a Lenin que encontré un orden permanente en las cosas, la teoría socialista no solo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que había en mí de energía, le dio un destino y lo cargo aún más de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo. ¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo sé bien, pero no mató en mí lo mágico. No pretendí jamás ser un político ni me creí con aptitudes para practicar la disciplina de un partido, pero fue la ideología socialista y el estar cerca de los movimientos socialistas que le dio dirección y permanencia, un claro destino a la energía que sentí desencadenarse durante la juventud”.

Los aportes de José María Arguedas
            Precisar los aportes de José María Arguedas en su totalidad es una tarea difícil, ya que no solo destaca como docente, investigador, antropólogo y literato, sino como estudioso del arte popular. La producción artística e intelectual de José María Arguedas en el campo socio-cultural no solo ha enriquecido a la cultura nacional sino universal, ya que hizo suyas las demandas y valores de las clases oprimidas.
            En el contexto del neoliberalismo, que es la expresión ideológica y política del capitalismo imperialista en decadencia, que se opone a los avances de la humanidad, el fortalecimiento de nuestras raíces constituye una necesidad impostergable para hacer frente a la globalización.
            Todos los fenómenos sociales, políticos, culturales que Arguedas reflexionó, criticó, analizó, se dan en la actualidad: la pobreza, el racismo, el gamonalismo, la servidumbre, el latifundismo, la explotación, la discriminación, la alienación, etc.
            Los aportes que nos legó Arguedas lo podemos sintetizar en:
·         Arguedas denunció a través de su praxis social (escrita y de hecho) el olvido, los abusos y las injusticias que se cometían hacia los campesinos principalmente pobres, a través del latifundismo, el gamonalismo y la servidumbre.
·         Es “el más grande novelista peruano, figura cumbre de la cultura nacional, al igual que José Carlos Mariátegui y César Vallejo”. Debido a que su tema de fondo son las clases populares.
·         Fue multifacético, ya que “la obra integral de José María Arguedas en los diversos aspectos que abarcó: la creación literaria, la investigación antropológica, la difusión de la cultura popular, la docencia escolar y universitaria, interpreta cabalmente la entraña más profunda del ser nacional, sus sueños, tragedias y esperanzas”.
·         No se mantuvo al margen de la realidad política “la obra de José María Arguedas se inserta en el combate multitudinario e histórico del pueblo peruano por la libertad y la justicia”.
·         A través de sus obras y su práctica social dio a conocer las costumbres, la cosmovisión, las tradiciones, el arte, la música, los cantos, los bailes, etc. de los pueblos andinos. Expresando en sus obras la lucha de clases existentes en el campo y en la ciudad.
·         Rescata y difunde sin alterar las manifestaciones culturales del pueblo andino, se manifiesta en contra de “innovar”, mejor dicho tergiversar con fines mercantilistas, y le encarga a Jaime Guardia “transmitir este arte sin alterarlo”.
·         Basa la mayoría de sus trabajos (más de 300 escritos a parte de sus 7-8 obras conocidas) en su vida personal contextualizando en una sociedad semifeudal y semicolonial.
·         Nos enseñó a crear literatura a partir de nuestra realidad, en una época donde los escritores miraban, copiaban, plagiaban, a las elites europeas y norteamericanas, ya que eran su paradigma.
·         Trasmitió los aspectos positivos del mundo andino: solidaridad, colectivismo, valentía, entrega, sabiduría, etc.
·         Se enfrentó al individualismo de raigambre occidental, burguesa, europeo, idealista, etc.
·         Se acercó abiertamente a las luchas de liberación nacional.
Su obra es más vigente que nunca, ya que cuarenta y cinco años después de la publicación de "Todas las sangres", casi toda la sierra está concesionada a la minería extranjera (que es uno de los temas de la novela) o denuncia al imperialismo, el cual genera el atraso y postergación del desarrollo de nuestro país.
            Finalmente, conmemoramos el 101° aniversario de su nacimiento, del propulsor de la cultura popular andina, reafirmándonos en la defensa, difusión y praxis de nuestra cultura popular frente a la cultura dominante.
            Y el mejor homenaje es difundir la obra de José María Arguedas, principalmente entre los niños, adolescentes y jóvenes, mediante todas las formas posibles: publicaciones, talleres, debates, conferencias, festivales, concursos, siempre guiados con un carácter de clase (popular y democrática).

Obras y escritos de José María Arguedas
La siguiente es una lista, incompleta y probablemente con algunos errores, de las primeras ediciones de los libros escritos por José María Arguedas. Póstumamente, han visto la luz varios otros libros con escritos suyos.
·         Agua. Los escoleros. Warma kuyay (Cuentos, Compañía de impresiones y publicidad, Lima, 1935)
·         Yawar Fiesta (Novela, Compañía de impresiones y publicidad, Lima, 1941)
·         Diamantes y pedernales. Agua (Cuentos, Juan Mejía Baca y P.L. Villanueva, editores, Lima, 1954)
·         Los ríos profundos (Novela, Losada, Buenos Aires, 1958)
·         El Sexto (Novela, Juan Mejía Baca, Lima, 1961)
·         Túpac Amaru Kamaq taytanchisman. Haylli-taki. A nuestro padre creador Túpac Amaru. Himno-canción. (Poesía, Ediciones Salqantay, Lima, 1962)
·         La agonía de Rasu Ñiti (Cuento, Taller Gráfico Ícaro, Lima, 1962)
·         Todas las sangres (Novela, Losada, Buenos Aires, 1964)
·         El sueño del pongo (Cuento, Ediciones Salqantay, Lima, 1965)
·         Oda al jet (Poesía, Ediciones de la Rama Florida, Lima, 1966)
·         Algunas observaciones sobre el niño indio actual y los factores que modelan su conducta (Estudio, Consejo Nacional de Menores, Lima, 1966)
·         Notas sobre la cultura latinoamericana, (Ensayos, con Francisco Miró Quesada y Fernando de Szyszlo, Taller Industrial Gráfica, Lima, 1966)
·         Amor mundo y todos los cuentos (Cuentos, Francisco Moncloa, editores, Lima, 1967)
·         Las comunidades de España y del Perú (Monografía, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1968)
·         Qollana Vietnam Llaqtaman / Al pueblo excelso de Vietnam, (Poesía, Federación de Estudiantes de la Universidad Agraria, La Molina, 1969)
·         El zorro de arriba y el zorro de abajo (Novela, Losada, Buenos Aires, 1971)
·         Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas (Poesía, publicado póstumamente por Sybila Arredondo de Arguedas, Instituto Nacional de Cultura, Lima, 1972)
No puede dejar de citarse la edición de sus Obras completas (Sybila Arredondo de Arguedas, compiladora. Editorial Horizonte, Lima, 1983) en cinco volúmenes.
Para esta bibliografía, se ha seguido principalmente la aparecida en la excelente edición crítica de Los ríos profundos, preparada por Ricardo González Vigil para la colección de Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra (Madrid, 1998).


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